Wind Rose...

Entre senderos sin rumbo de una planicie tan basta como el mismo universo, y en un camino incierto que no lleva a ningún lugar, me encuentro mirándome perdido en busca de algún atajo que me lleve contigo. Hace tiempo presentía que iba por la dirección correcta, la certeza hacían que mis pasos fuera firmes, sin tener duda alguna seguía un camino que era iluminado por los rayos de un sol radiante, algo me decía, me incitaba a seguir por este rumbo sin mirar atrás, con la mirada fija hacia el horizonte donde el crepúsculo inicia y el Sol termina su travesía, asía ese rumbo dirigía mis pies cansados.

Un sentimiento me gritaba que faltaba poco, solo un poco mas. Que estabas a instantes de mi y que con solo algunos pasos estaría a tu lado. Un encuentro anhelado, una ilusión que ayer fuese sueño talvez este podría ser realidad, con un cuerpo marchito y un alma casi muerta seguía, insistía el continuar dejando atrás solo huellas; rastros de lagrimas secas. Fieles compañeras de mi andar que siempre estarán ahí, junto a la tristeza; que naciera al caer la primera de ellas.

Ahora ya no hay nada de aquel sentimiento, se ha ido dejándome solo, inerte en un camino donde a penas ayer pasos firmes lo hubieran forjado, hoy aquel Sol radiante se ha vuelto fulminante, y mirando hacia atrás me doy cuenta que aquel camino es inexistente, ya que el viento y mis lagrimas lo han borrado. Ya no podré regresar al punto de partida, y no sé si tendría fuerzas para iniciar uno nuevo. Es inútil el siquiera pensarlo, pero también cavilo que talvez nunca he comenzado a caminar y todo aquello ha sido una ilusión y que siempre he estado aquí sin haber dado paso alguno.

Estático, inmóvil con la mirada caída a la par mis lagrimas, me encuentro perdido entre varios caminos de esta basta planicie que se llamase vida, y sin contar con un mapa que me diga que dirección debo tomar, espero inútilmente ese momento donde un sentimiento hace días pareciera indicar el camino, la soledad rodea mi entorno y solo el viento es el único que ahora siento, y rozando mi rostro se lleva consigo mis lagrimas junto con un susurro de auxilio, así como también se lleva consigo los últimos alientos.

De un corazón zurcido, perdido entre senderos de una basta planicie.