L'amour d'un Chevalier...

¿Que hay dentro de un corazón de un caballero?, ¿Que habrá mas allá del valor y la fuerza?, ¿Que secretos guarda sigilosamente detrás de una armadura de hierro?

¿Por que no me preguntas eso mi querida princesa?

Te podría decir tantas cosas y entre ellas las respuestas de estas incógnitas, y le diría de mi pesar, la cruel verdad del por que algunos caballeros no podrían ni tendrían la posibilidad de llegar hasta su torre y despertarla con un tierno beso. Eso mi Lady; solo en sueños y en divagaciones en una noche a la luz de una vela, estando ebrio en una taberna, se dejasen ver a uno frente a sus ojos, pero así como vienen esas imágenes se desvanecen como el humo de la hoguera, cayendo en una realidad tan dura como el yelmo que cubre mi testa.

Por que siempre habrá en su corazón aquel príncipe que espera, anhela y ama desde aquellos sueños de su infancia. Un simple sirviente nunca podría ser visto con los mismos ojos he intenciones como los viesen a vuestro príncipe de blanco corcel. Así es la vida para los que nacieron en la plebe, aunque quiera uno ser noble para alcanzar lo que algunos por decreto y ley; nacidos bajo la corona tienen derecho.

Pero para nosotros la verdad o realidad siempre es diferente. Solo queda ver de lejos a su princesa y en nuestros secretos y gritos mudos; amarla sin que ella os deis cuenta de nuestro pesar, pero daríamos nuestra vida si fuese necesario por salvarla de cualquier peligro. Hoy yendo a luchar por nuestro reino voy en una empresa, de la cual talvez nunca pueda regresar, desde mi fiel corcel puedo ver a mi bella Dama, sumida en sus plegarias que sin dudar serán para su querido príncipe, esperando su pronto y triunfal regreso.

Uno aspira a algo grande, pero cuando las circunstancias son adversas junto a un destino mal trazado, a uno solo le queda el soñar y pasar de largo dejando a un lado los sentimientos, he ir concentrado en la batalla. Aunque la ilusión vea hacerse trizas junto a un corazón que yace en el suelo junto a una esperanza fulminada, mirando mi desdicha, no queda más que ahogarme en el mar de mis lágrimas.

De que sirve el gritar mi tristeza, sí en la inmensa soledad aquellos gritos son callados y un lastimoso pesar es el único que hace eco en un valle de sueños muertos, donde almas que deambulan buscan un, ¿Por qué?, de que sirve el mirar al sol buscando esperanza si un corazón sin el candor de una bella mujer, pareciera muerto junto a un sentimiento y un deseo, el deseo de ser amado.

¡Oh!... pobre iluso, a quién le has depositado tus deseos, a quien les has entregado tus esperanzas, si bien sabéis que ese sueño jamás existió que nunca esos bellos ojos, os miraran como lo hacen a quién hoy servís, pero aun así desde lejos mirad a su princesa, quien sumida en tristeza y llena de amor, por aquel príncipe de blanco corcel.

Pues bien que así sea, Dios salve a la futura reina y al reino de Ahgsbath...