XIII...

Entre penumbras levito, pues mis pasos traerían, terror, desesperanza y miedo. He nacido desde el inicio de los tiempos y he estado entre ustedes desde su concepción, des de la misma creación.

Soy el equilibrio, la que decide, la que muchos temen y otros claman, pero sobre todo soy odiada y tachada de injusta. Soy la salvación a tu sufrimiento, la justicia de algunos, el miedo de muchos y la desgracia de algunos, pero solo hago mi trabajo tan bien y exacto que no he faltado a ninguna cita.

Podrás correr pero no escapar, podrás rezar pero no evitarme, podrás adorar a un ser o deidad pero aun así el no te protegerá de mi, podrás sentirte fuerte e ignorar tus miedos y cubrirte con el manto negro de alguna secta o movimiento, pero ni así escaparas, talvez me adores pero no importa, entiende que no escaparas.

Siempre estaré ahí para llevarte conmigo, aunque vivas feliz o en tu tristeza culpando a otros de tu vida o negándotela, reprochándote tu suerte o de no tenerla, de no tener a alguien con quien compartir tus momentos, ahí estaré presente para tomarte de la mano y arrancarte el último suspiro.

Yo no decido quien se queda o quien se va, solo soy un instrumento de algo superior, pero con la fuerza y tenacidad de que quien sea marcado, no será capaz de huir de mi. No pienses en mi solo dedícate a vivir como tu quieras, pero recuerda que cuando sea tu hora de nada te servirán los reproches, tus arrepentimientos, tus rezos, tu llanto o tus suplicas, no harás que cambie de parecer. De que te servirá correr o hacer infinidad de cosas para escapar, por que no te darás cuenta cuando dejaste de existir.